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Nada parecía imposible para aquella aldeana sutilísima, aquella “Giselle” habanera, suspicaz y franca, loca de amor, no solo en la famosa escena de la locura. La recuerdo humilde y a la vez, altiva. Recuerdo su habla sin poses. Su natural señorío. LaEl telón no se cierra esta vez con la muerte
Nada parecía imposible para aquella aldeana sutilísima, aquella “Giselle” habanera, suspicaz y franca, loca de amor, no solo en la famosa escena de la locura. La recuerdo humilde y a la vez, altiva. Recuerdo su habla sin poses. Su natural señorío. La imaginación visual que se convertía en rápidas decisiones, sus puntos de giro, sus impromptus, sus silencios. Todo parecía tener un sentido. Read more