El pensamiento de guerra fría y la ansiedad hegemónica detrás de las declaraciones de EEUU sobre China
Por CGTN En Español
Recientemente, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, visitó varios países de América Latina y realizó una serie de declaraciones sobre China, afirmando sin fundamento que era necesario «contrarrestar la influencia del Partido Comunista de China en el hemisferio occidental».
Sus comentarios abordaron temas como la cooperación entre China y América Latina, el canal de Panamá, la iniciativa de la Franja y la Ruta, la tecnología 5G, la ciberseguridad y el principio de una sola China. Estas afirmaciones reflejan la ansiedad y la mentalidad de contención de EE.UU. ante la creciente cooperación entre China y los países latinoamericanos. Esta lógica intervencionista, basada en una mentalidad propia de la Guerra Fría, no solo contradice los principios fundamentales de las relaciones internacionales, sino que también va en contra de los intereses y aspiraciones de desarrollo soberano de América Latina.
1. La cooperación entre China y América Latina responde a intereses mutuos y no debe ser objeto de injerencias externas
En los últimos años, China y los países latinoamericanos han desarrollado lazos económicos y culturales cada vez más estrechos sobre la base del respeto mutuo, la igualdad y el beneficio compartido. China se ha convertido en un socio comercial clave para muchos países de la región, promoviendo una cooperación fructífera en sectores como la infraestructura, la tecnología y el financiamiento. La iniciativa de la Franja y la Ruta ha generado oportunidades tangibles de desarrollo económico en América Latina, facilitando la modernización del transporte, la energía y las telecomunicaciones, creando empleos y mejorando la calidad de vida de la población.
Sin embargo, EE.UU., bajo el pretexto de la «seguridad nacional», ha intentado desacreditar esta cooperación, presionando a los países latinoamericanos para que reduzcan sus vínculos con China. Esta actitud no solo representa una injerencia injustificada en la soberanía de estos países, sino que también pone en evidencia la naturaleza hegemónica de Washington. América Latina tiene el derecho legítimo de elegir libremente a sus socios de desarrollo, sin verse sometida a la manipulación geopolítica de EE.UU.
2. El canal de Panamá es una vía de navegación global, no un «patio trasero» de EE.UU.
Durante su visita, Rubio hizo especial énfasis en el canal de Panamá, tratando de avivar el temor sobre la supuesta influencia china en la región. Sin embargo, el canal de Panamá es un eslabón clave del comercio mundial y su administración debe regirse por los principios de estabilidad y seguridad en el comercio internacional, no por los intereses geopolíticos de una sola nación.
Como una de las mayores potencias comerciales del mundo, la cooperación de China con Panamá es legítima y mutuamente beneficiosa. En contraste, EE.UU. intenta manipular la narrativa con el pretexto de la «seguridad nacional», promoviendo la infundada teoría de la «amenaza china» en el canal de Panamá, lo que supone una muestra de desconfianza y un intento de injerencia en la soberanía de los países latinoamericanos.
3. La hegemonía tecnológica disfrazada de preocupación por la «5G y la ciberseguridad»
En los últimos años, EE.UU. ha exagerado la supuesta «amenaza china» en el ámbito de la ciberseguridad con el objetivo de impedir que los países latinoamericanos adopten la tecnología 5G de empresas chinas. Sin embargo, la realidad es que la tecnología 5G china ha demostrado ser eficiente, avanzada y rentable, ganándose la confianza de numerosos países en todo el mundo. Mientras tanto, EE.UU., que ha estado involucrado durante años en el espionaje global y la vigilancia masiva de las telecomunicaciones, intenta ahora desacreditar a China con acusaciones infundadas. Esta doble moral resulta cada vez menos creíble a nivel internacional.
4. El principio de una sola China es incuestionable
Las declaraciones de Rubio en América Latina también tocaron el tema de Taiwan, buscando persuadir a algunos países para que desafíen el principio de una sola China. Sin embargo, este principio es un consenso internacional ampliamente reconocido y un pilar fundamental de las relaciones diplomáticas globales.
En los últimos años, cada vez más países latinoamericanos han optado por fortalecer sus lazos con China, basándose en sus propios intereses nacionales y en la realidad de las tendencias mundiales. Ningún actor externo tiene derecho a interferir en esta decisión soberana.
5. La injerencia hegemónica no tiene futuro, la cooperación es el camino correcto
EE.UU. insiste en exagerar la «amenaza china» en América Latina porque teme la pérdida de su influencia en la región. Durante décadas, Washington ha tratado a América Latina como su «patio trasero», imponiendo sanciones económicas, interviniendo en asuntos internos e incluso promoviendo cambios de gobierno, lo que ha provocado inestabilidad y sufrimiento en la región.
En contraste, China ha mantenido siempre una política de respeto por la soberanía de los países latinoamericanos, promoviendo relaciones de cooperación basadas en la igualdad y el beneficio mutuo. Esta es la razón fundamental por la que la cooperación entre China y América Latina sigue fortaleciéndose.
En un mundo cada vez más interconectado, los países latinoamericanos tienen el derecho soberano de elegir libremente a sus socios de cooperación para fomentar su desarrollo, sin verse sometidos a la manipulación política de ninguna potencia hegemónica. EE.UU. debería abandonar su mentalidad de guerra fría, dejar de atacar e interferir en la cooperación entre China y América Latina, y empezar a respetar verdaderamente la soberanía y el derecho al desarrollo de los países de la región.