«Estuve cinco días en UCI, pensé que moriría»: testimonio de periodista hondureño en EEUU
San Pedro Sula, Honduras. Salir de una unidad de cuidados intensivos es para algunos volver a vivir, aunque cada caso es diferente, el papel del personal de salud para superar la situación, las ganas de vivir del mismo paciente y el apoyo familiar son aspectos cruciales en este duro proceso. Ese “pi”, “pi”, “pi” que sale del aparato agobia y recuerda el lugar en el que se está, los pacientes, médicos y enfermeras aprenden a convivir con el sonido. En esta zona se celeran las emociones, se conjugan los sentimientos de dolor e impotencia y la realidad que se vive en el lugar impacta de inmediato. Los que ingresan a una UCI son los testigos de primera fila que enfrentan la severidad del virus, ese del que todo el mundo habla desde diciembre de 2019 y que tiene en alerta máxima a la población mundial. Los pasillos se comparten con la muerte, pero eso sólo se confirma cuando se conoce una UCI: el ambiente es frío y por más tranquilo que se perciba, no deja de abrumar. Todos en la UCI coinciden en que lo peor o lo más duro es la soledad en la que están los pacientes. Aunque la vida ha salido victoriosa en algunas veces, inevitablemente la muerte ha dejado huella. Este es el testimonio de Ricardo Armando Matute Vásquez (34), periodista hondureño que radica en los Estados Unidos y que estuvo en el umbral de la muerte debido a complicaciones del covid-19. El hondureño estuvo internado en Parkland, el cual sirve como hospital público del condado de Dallas. Fotografía GoogleEl viernes 13 de agosto del presente año, Ricardo comenzó a presentar cansancio y otros síntomas que inicialmente parecían no ser signos de alarma, pero que a medida fueron pasando los días alcanzaron mayor intensidad, desde dolor y fiebres, hasta mareos agudos. Estando en su apartamento, de un momento a otro Ricardo fue decayendo, por lo que llamó a una ambulancia pidiendo auxilio, la cual lo trasladó de emergencia hasta Parkland Hospital, situado en el condado de Dallas, Texas. El hondureño registraba altos niveles de fiebre, vómito e incluso cayó casi inconsciente sobre el suelo. Honduras: El 85% de los que entran a UCI por covid muerenLos médicos le realizaron una serie de exámenes, incluido el de los pulmones y prueba de covid-19 para valorar su estado de salud. Tras aplicarle un tratamiento intravenoso, el hondureño reaccionó positivamente y logró estabilizarse, por lo que fue enviado a casa y con al menos dos semanas de reposo. Una noche, mientras descansaba en su habitación, el aire paulatinamente se fue ausentando de su cuerpo, comenzó a sentir un profundo dolor en el pecho y el oxímetro (aparato que sirve para medir la saturación de oxígeno) estaba a 70, cuando lo normal es alrededor de 90. Lo que pasaba en ese momento eran indicios de alarma de algo grave que se venía, por lo que de inmediato salió en su vehículo y se desplazó hasta el centro hospitalario en busca de atención. "Cuando llego a la recepción del hospital en Dallas les digo que me siento mal, que no aguanto y de pronto caigo al suelo, fue entonces cuando empezaron a traer camillas y me pusieron oxígeno. Luego me llevaron a una habitación y me aplicaron un medicamento para estar consciente, pero no respondía como debía", manifestó Matute en entrevista con LA PRENSA. "El doctor que me evaluó me dijo que de allí en adelante todo iba a depender de mí y que tenía que hacer doble esfuerzo para respirar. Me dijo´te vamos a intubar´, pues los pulmones estaban invadidos por una flema espesa a raíz del virus, había dado positivo anteriormente", añadió. Fue el 17 de agosto cuando sedaron a Ricardo y le colocaron un tubo que se extendía hasta los bronquios, de allí en adelante, ya en la unidad de cuidados intensivos, debía ayudarle al respirador artificial, aunque existía riesgo de un paro cardiorespiratorio o que el cerebro u otro órgano colapsara. Pacientes post-covid-19 deben buscar ayuda para mejorar su salud mental"Ya había pasado hace unos años por un proceso similar de intubación, entonces me dije ´otra vez yo, no me quiero morir´. El primer día estuve completamente sedado, pero después despierto, sin moverme y consciente de lo que pasaba alrededor, eso fue terrible", rememoró con tono nostálgico. Fueron cinco días los que Ricardo estuvo dentro de la unidad de cuidados intensivos luchando por su vida. "Cuando todo comenzó me dije ´no creo que sobreviva a esto, Señor, creo que esta vez sí me toca´, no me sentía nada bien y mirar que muriera gente alrededor fueron experiencias complicadas que me terminaron afectando", agregó el periodista. RecuperaciónEl domingo 22 de agosto, en horas de la madrugada, los doctores, al mirar la evolución del hondureño, decidieron retirarlo de cuidados intensivos, convirtiéndose así en parte del bajo porcentaje que logra sobrevivir a la enfermedad durante este crítico proceso. Los factores que incidieron en su recuperación, pese a no estar vacunado con ninguna dosis, fue su edad, optimismo y actitud en apoyar al aparato, no tiene sobrepeso ni otra enfermedad base. "El domingo ya empezaban a quitarme el oxígeno para ver si podía hacer movimientos involuntarios, pero no tenía la cantidad de oxígeno necesario. Ya el lunes me colocaron unos pequeños tubos por la nariz y que uno siente que queman, pero no tanto cómo los que tenía que resistir en la UCI, cuando me colocaban un tratamiento intravenoso cada media hora para hacer espacio en los pulmones, el cual provocaba un fuego interno en todo el organismo", recordó. Ricardo Matute vive desde hace unos años en los Estados Unidos. Fotografía redes sociales"Me contagié de la covid-19 en un tiempo cuando ya hay medicamentos o tratamientos para combatirlo, pero creo que si esto me hubiese pasado cuando inició la pandemia, seguro hubiera muerto. La etapa post-covid también ha sido difícil, los efectos son terribles a nivel psicológico y físico, desde fatiga hasta alucinaciones", apuntó. Ricardo supone que antes del viernes 13 de agosto que presentó las primeras complicaciones, ya tenía entre una a dos semanas con el virus en su cuerpo, suscitándose lo más grave en la etapa final. El joven vive en los Estados Unidos con unos primos, quienes pese a las restricciones que hay en los centros asistenciales por el covid-19, fueron pieza fundamental en cuanto al apoyo brindado, del mismo modo sus familiares en Honduras, quienes se unieron en cadenas de oración para que lograse vencer la mortal enfermedad. "Tras salir de esta pesadilla le pido a todos que se vacunen y dejen los prejuicios, el covid-19 no es una mentira, está para quedarse y la vacuna fue creada para apalear la situación. En mi caso no sabía que tenía covid-19 los primeros días y terminé en cuidados intensivos, estoy seguro que de haberme vacunado y sabiendo que no tengo problemas de base, no hubiese llegado a ese nivel hospitalario", concluyó. Dato. Ricardo Matute emigró de Honduras el 3 de enero del año 2017 debido a un hecho derivado de la criminalidad mientras trabajaba como reportero de noticias entre la fuente policial en San Pedro Sula. Desde entonces, en condición de asilo, trabaja como inmigrante. Frente a un virus tan infeccioso, la unidad de cuidados intensivos no sólo representa la sala donde se abraza a la muerte de una manera pasiva, sino la unión de todas las fuerzas para luchar contra la pandemia sin fisuras, como si se tratase de un equipo rocoso e invencible. De acuerdo con estudios médicos, la más alta cifra de personas que han necesitado cuidados intensivos tenían comorbilidades y únicamente entre el 15% a 20% de los que ingresan, logran salir con vida.