Caso Brinks: En prisión quedó la pareja de líder de banda que planificó el robo
A prisión fueron enviadas dos nuevas personas sospechosas de estar vinculadas en el robo a la sucursal Brinks en Rancagua, cuando, en agosto de 2024, un grupo de sujetos ingresaron al lugar y sustrajeron más de 12 mil millones de pesos.
Una de ellas es una mujer identificada como Doris, quien es la pareja de Jaime Beltrán, uno de los líderes de la banda acusado de organizar el cinematrográfico robo. Se le imputaron los delitos de asociación criminal, robo con intimidación, encubrimiento y lavado de activos.
De acuerdo con el fiscal jefe de Análisis Criminal, Carlos Fuentes, una testigo acusó a la mujer de haber arrendado una casa en Punta de Tralca (comuna de El Quisco, ubicado en la Quinta Región) para esconder el dinero al interior de dos maletas, a fin de, posteriormente, enterrarlo.
«En virtud de la entrega que hace Doris de las llaves del arriendo, Diego Mella es quien lleva el dinero a Punta de Tralca, donde realiza una excavación», dijo el persecutor en la audiencia de formalización.
«Durante septiembre (de 2024), hubo una celebración en esa casa, donde estaba Mauricio Martínez Carrasco -apodado 'El Mandi'-, a quien Doris le entrega las llaves para que se lleven el dinero, porque (en el arriendo) habrían estado agentes de la PDI de la Región Metropolitana», añadió.
«Había temor de esos funcionarios policiales porque se dieron cuenta de que estaba ahí el dinero que mandó a enterrar Doris», argumentó Fuentes.
Asimismo, según Fiscalía, a través de testaferros, la imputada administró bienes de su pareja en las comunas de Puente Alto, Lampa (ambas de la Región Metropolitana) y El Quisco (Región de Valparaíso), adquiridos luego de delitos cometidos entre 2023 y agosto de 2024.
En ese período, asegura el ente persecutor, la organización criminal robó a camiones y empresas y compró vehículos robados.
El segundo sospechoso
El imputado restante que fue enviado a prisión preventiva por ser un peligro para la seguridad de la sociedad corresponde a un joven que gozaba de pena remitida por receptación de vehículos.
Sin embargo, además de ser familiar de dos de los imputados en el caso, su celular -presuntamente- evidenciaba conversaciones de WhatsApp respecto del plan para asaltar la sucursal Brinks.
«Creemos que no participó, a lo menos no en esta instancia preliminar. Pero respetamos la decisión del tribunal en esta instancia y estamos revisando si apelaremos a la resolución. Discutimos la propiedad del teléfono y, a nuestro juicio, no había antecedentes claros para poder vincularlo», dijo el defensor público Ricardo Rivera.
Al joven se le formalizaron cargos de asociación criminal, robo con intimidación, siete delitos de incendio y 18 ilícitos de receptación de vehículos motorizados.