newsare.net
*Por Fabián Pizarro, periodista y director proyecto «Efecto China» de Cooperativa En el último siglo, América Latina y el Caribe (ALC) ha adquirido una creciente relevancia dentro de la estrategia global de la República Popular China. Uno deChina Hoy: Proyección estratégica en la región
*Por Fabián Pizarro, periodista y director proyecto «Efecto China» de Cooperativa En el último siglo, América Latina y el Caribe (ALC) ha adquirido una creciente relevancia dentro de la estrategia global de la República Popular China. Uno de los mecanismos más representativos de este vínculo es el Foro China-CELAC, lanzado oficialmente en 2014, el cual se ha convertido en una herramienta clave para institucionalizar la relación entre China y los países latinoamericanos y caribeños. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), a pesar de sus limitaciones institucionales —como la falta de una secretaría permanente o de órganos jurídicos vinculantes— ofrece a China una plataforma única para relacionarse con la región sin la presencia directa de Estados Unidos. Desde Beijing, esto es interpretado como una oportunidad geopolítica de construir una «comunidad de futuro compartido» con ALC. Esta característica convierte a este foro en una plataforma ideal para China en donde puede proyectar su política de «ganar-ganar», basada en el respeto mutuo y la no injerencia en asuntos internos, principios que China destaca frente a los enfoques más intervencionistas de otras potencias. China ha manifestado oficialmente su interés en ALC a través de documentos como el Documento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe (2008), donde se establece el objetivo de «desarrollar relaciones de asociación caracterizadas por la igualdad, el beneficio mutuo y el desarrollo compartido». En términos prácticos, este compromiso se ha traducido en un aumento exponencial del comercio, que pasó de aproximadamente 12.000 millones de dólares en el año 2000 a más de 500.000 millones de dólares en 2024, según cifras oficiales chinas. Además, más de 20 países de la CELAC han suscrito memorandos de entendimiento para integrarse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, lo que amplía la proyección de esta iniciativa global china en el hemisferio occidental. La importancia que China otorga al foro se refleja también en el alto nivel de sus representaciones diplomáticas, la frecuencia de sus reuniones bilaterales y multilaterales, y en los recursos invertidos en cooperación concreta: desde inversiones en infraestructura, energía y tecnología, hasta becas académicas, donaciones médicas y programas de asistencia técnica. Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, China utilizó el foro como un canal de distribución de vacunas, equipamiento sanitario y conocimiento médico, lo que reforzó su imagen de socio solidario y eficiente. Para ALC, el foro ha significado una oportunidad para acceder a financiamiento, inversiones en infraestructura, transferencia tecnológica y cooperación médica. Oportunidades y desafíos Desde la perspectiva latinoamericana y caribeña, sin embargo, el Foro China-CELAC plantea oportunidades y desafíos. Por un lado, abre un espacio para diversificar las relaciones internacionales y acceder a financiamiento e inversiones sin las condiciones políticas que suelen imponer organismos multilaterales occidentales. Por el otro, existe el riesgo de generar nuevas formas de dependencia o desequilibrios comerciales, especialmente si no se avanza en una agenda coordinada de integración regional que permita negociar de manera más equitativa con el gigante asiático. Académicos y analistas coinciden en que la relación con China debe entenderse en el marco de una política exterior estratégica, que vaya más allá de intereses coyunturales. Para la región, el reto es estructurar una posición común, fortalecer sus mecanismos internos de coordinación y aprovechar la cooperación con China sin renunciar a principios de desarrollo sostenible, soberanía tecnológica y autonomía estratégica. En resumen, el Foro China-CELAC representa para China una plataforma clave de su política hacia ALC, con un enfoque que combina pragmatismo económico, diplomacia cultural y ambición geoestratégica. Para la región, el reto es doble: articular una visión conjunta que le permita negociar en mejores condiciones y evitar caer en nuevas formas de dependencia. La pregunta ya no es si China está ganando terreno en América Latina y el Caribe, sino cómo la región responderá a esta presencia creciente con políticas coherentes y visión de largo plazo. Read more