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Por: Felipe Enero Segovia* Chile ha dado un paso decisivo para recuperar mayores tasas de crecimiento económico y diversificar su matriz productiva, en un escenario global altamente volátil y competitivo. El 1 de julio de 2025, fue aprobada la «LeyNueva ley de permisos sectoriales: oportunidad para una mayor inversión de China y Asia
Por: Felipe Enero Segovia* Chile ha dado un paso decisivo para recuperar mayores tasas de crecimiento económico y diversificar su matriz productiva, en un escenario global altamente volátil y competitivo. El 1 de julio de 2025, fue aprobada la «Ley Marco de Autorizaciones Sectoriales» (LMAS), orientada a reducir entre 30% y 70% los tiempos de tramitación de proyectos de inversión (especialmente proyectos medianos y grandes, intensivos en tramitación y con múltiples organismos involucrados), sin relajar los estándares regulatorios en dimensiones sensibles, como la protección del medioambiente y los derechos laborales. Incluso, la ley refuerza los estándares de probidad y lucha anti-corrupción, al fortalecer las sanciones sobre particulares y funcionarios públicos que eludan autorizaciones, presenten o certifiquen información falsa o alterada, u omitan información esencial. Hasta ahora, según estimaciones del Ministerio de Economía y del Consejo para la Productividad, los proyectos de inversión podían tardar entre 2 y 4 años en obtener todos los permisos, incluso más si había judicialización ambiental, con casos extremos de 5 a 7 años en minería e infraestructura. La LMAS establece herramientas concretas para agilizar la obtención de permisos: formularios estándar, plazos máximos, «silencio administrativo», y un sistema de Técnicas Habilitantes Alternativas (THA) que desplaza permisos de bajo riesgo por declaraciones juradas, reforzando los controles ex post. Además, se oficializa el uso de una plataforma digital «SUPER» como ventanilla única, y se crea la Oficina de Autorizaciones Sectoriales e Inversión para coordinar todo el proceso. Sin duda, esta nueva ley podría favorecer enormemente la inversión extranjera de empresas asiáticas que podrían ser clave para el desarrollo científico y tecnológico de la Nación. En culturas empresariales como la de China, Japón, Corea e India, la planificación estratégica y la ejecución rápida son esenciales para asegurar retornos competitivos y evitar la depreciación de capital inmovilizado. Reducir la tramitación de años a meses disminuye significativamente los costos financieros asociados a la espera, como intereses, arriendos o mantenimiento de equipos, y mejora la capacidad de sincronizar inversiones en diferentes países. Casos ejemplares son los conglomerados empresariales altamente complejos como BYD, Chery, TATA, Mitsui o Samsung, que operan en múltiples sectores y países, y cuyo éxito depende del dinamismo y la certidumbre institucional. Estos grupos suelen manejar proyectos simultáneos en áreas como automoción, energía, logística y manufactura, donde los retrasos regulatorios generan costos millonarios y afectan la integración de sus cadenas de valor globales. Cabe destacar también que estamos hablando de países que hoy necesitan reforzar su inversión en el extranjero para esquivar la arremetida proteccionista de los EEUU. En ese sentido, Chile con su amplia red de TLC constituye un destino paradisiaco. Además, la ley abre una oportunidad para que un socio clave de nuestro país pueda desplegar su potencial en sectores altamente requeridos para nuestro desarrollo sostenible e inclusivo, como son las ERNC, la sofisticación de las industrias ligadas al cobre y litio, así como los servicios digitales: la República Popular China. Cabe señalar que el Gigante Asiático ha consolidado su rol como principal socio comercial de Chile, con un comercio bilateral que alcanzó en 2023 los US$56.900 millones. Además, las inversiones chinas en sectores estratégicos como el energético y minero tienen una tendencia exponencial, sumando alrededor más de US $17mil millones desde 2003. Resulta fundamental mencionar además que, lejos de los prejuicios de una supuesta «dependencia», la inversión China, poco a poco, está demostrando una alta capacidad de fortalecer nuestra autonomía estratégica mediante su capacidad de asociación con capitales de otras regiones del globo. Por ejemplo, un caso relevante es el del Consorcio China Railway Construction Corporation (CRCC), el cual junto a la española Acciona, han participado en licitaciones de infraestructura hospitalaria dentro del sistema de concesiones del Ministerio de Obras Públicas. De forma similar, en proyectos de transporte y energía, firmas como China Harbour Engineering Company (CHEC) han establecido joint ventures con constructoras italianas y francesas para postular a concesiones de carreteras, puertos y hospitales, combinando financiamiento y capacidad de ejecución china con experiencia europea. En síntesis, la LMAS representa una transformación normativa con gran potencial para fortalecer la tendencia al alza de la inversión extranjera en Chile, recuperar mayores tasas de crecimiento económico y reducir tasas de desempleo que hoy se empinan en los primeros lugares del ranking OCDE. No obstante, uno de los grandes desafíos será los consensos necesarios entre Gobierno-empresas y sociedad civil, que faciliten los ajustes administrativos y los recursos pertinentes para que los objetivos y disposiciones de la ley (eficiencia y eficacia sin reducir estándares) realmente se cumplan. * Doctorando en Negocios Internacionales en Southeast University of China (Nanjing). Profesor colaborador y encargado de vinculación con la República Popular China, de la Universidad Tecnológica Metropolitana UTEM Read more